VINTILA HORIA biografía oral

Premio Goncourt de literatura en 1.960 por su novela "Dios ha nacido en el exilio", cuyo original ha conocido las versiones de quince idiomas por lo menos, Vintila Horia ha sido el novelista más celebrado por la diáspora rumana del siglo XX.

Ejemplo de perseverancia y fidelidad a Rumania y al cristianismo que le dio su ser e identidad, fue Vintila Horia un modelo de resistencia pacífica y la esperanza de aquel país sovietizado tras la II Guerra Mundial. Hoy sus obras circulan por decenas de millares de ejemplares, por primera vez, en su nación de origen.

Miembro del Patronato Fundación Cánovas del Castillo, Vintila conoció en España - que le acogió - su patria hermana, de la que jamás supo ni quiso separarse. España y Rumania quedaron, así, unidas en su corazón para siempre por la corona del espíritu latino. Si en Rumania nació cristiano, en España descubrió la esencia de la catolicidad, y de ahí su fascinante frase: "El mundo será español o no será".

Como ensayista, con sus artículos y entrevistas, Vintila Horia ha fustigado la decadencia de nuestro fin de siglo, a la vez que fue de fue de los primeros en redescubrir las claves de su reconstrucción. Resuelto partidario de la unidad frente a la dispersión, Horia trabajó con denuedo para la reconstrucción de los quebrado. Ciencia, literatura, filosofía y religión, que yacían enfrentadas e inasequibles por obra y gracia de la mentalidad fraccionada de los siglos XVIII y XIX, han encontrado en sus obras una confluencia cultural sin precedentes. Es por eso y otras razones que Vintila Horia tendrá que ser redescubierto en los albores del tercer milenio.

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

VINTILA HORIA o el pensamiento detrás de lo visible .

Un gran pensador y escritor, exiliado en España y ajeno al "discurso cultural dominante"

Vintila Horia Iucal nació el 18 de 1915 en el pueblo de Sergare, en Rumanía, y vino a morir un 4 de abril de 1992 en Collado-Villalba, en la serranía madrileña. Aquellos que lo conocieron y los que, simplemente, fuimos seguidores de su trayectoria vital y existencial, podemos afirmar sin reparos que su epitafio bien podría ser la conocida sentencia de Nietzsche: "Lo que no me mata, me hace más fuerte".

Hijo de un ingeniero agrónomo, su vocación universitaria le dirige hacia los estudios de Derecho, estudios que pronto ampliará con los de Filosofía y Letras en varias universidades europeas, como las de Peruggia y Viena. En 1940 ingresa en el cuerpo diplomático de Rumanía, siendo Agregado de Prensa y Cultura en la delegación de Roma durante el gobierno del mariscal Antonescu; en 1942 ocupa este mismo puesto en la delegación rumana de Viena. En 1944 es internado por los alemanes en los campos de concentración de Krummhübel y Maria Pfarr, hasta su liberación por los ingleses en 1945. Es esta la época más oscura de su vida, de la que apenas tenemos otros datos que algunos comentarios suyos diseminados por aquí y por allá, pero sin conocer detalles. Al término de la Segunda Guerra Mundial decide emprender el camino del exilio en Italia, donde traba amistad con Giovanni Papini; comienza así su colaboración en diversas revistas italianas. En 1948 se le localiza en Buenos Aires, trabajando de profesor de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras, con un sueldo pésimo y ayudado constantemente por las aportaciones económicas de su esposa. En 1943 se instala en Madrid, empleado por del Centro Superior de Investigaciones Científicas como director de la sección de estudios italianos. Desde ese momento siempre se consideró español, obteniendo la nacionalidad definitiva en 1972; lo que de verdad pone el sello a nuestra identidad no es solamente el país donde uno ha nacido, sino (como nos recuerda Isidro-Juan Palacios que gustaba de repetir Vintila) "aquella patria donde uno va a morir y tomar posesión de una región definitiva".

En 1960 recibe desde su domicilio en París el Premio Goncourt de novela por su obra "Dios ha nacido en el exilio", un imaginario diario íntimo del poeta Ovidio donde éste relata su evolución personal desde su exilio en Dacia (la actual Rumanía) y su descubrimiento personal de la realidad de Lo Divino... Alguien dijo que toda obra verdadera es siempre autobiográfica. Es el momento de su consagración definitiva como escritor, pero una intensa y violenta campaña de los intelectuales de la "izquierda caviar", dirigida desde la sombra por Jean-Paul Sartre, quien le acusaba de "filofascista", le obliga a renunciar al premio.

En esta obra se perfilan ya las grandes líneas directrices del pensamiento filosófico-literario de Vintila Horia, pensamiento difícil de encasillar en una ideología o en una corriente política tipificada. Vintila Horia siempre se consideró a sí mismo como un hombre de "derechas", pero con la condición de ser él quien definiera ese término tan socorrido. Si la palabra "derecha" no fuera tan ambigua y tan asociada al pancismo burgués, su posición quedaría clara. Leamos al propio Vintila: "La derecha no es una ideología, es un estilo de vida que coincide con unos valores fundamentales, y dentro de estos valores, en primer lugar, como cúpula de todos ellos, están los valores cristianos. La derecha es un estilo de vida permanente dentro del cual está el amor, la familia, la propiedad privada, la fe religiosa, la moral, el heroísmo en la guerra como en la paz, esos son los valores fundamentales que siempre han sido, volens nolens, de derechas, porque en contra de todos ellos siempre se han manifestado los de izquierda (...) Ellos se han inventado una ideología, una filosofía para poder atacar estos valores que no necesitan de ninguna ideología (...) La derecha representa la vida, y la izquierda representa lo tanático (...) La derecha está por el amor normal o natural en contra del aborto, en pro de la familia, en contra de la droga. Y no en balde, porque esto significa defender la vida. Desde el otro campo, desde el campo de las ideologías, que son siempre de izquierdas, brotan siempre los ataques en contra de la vida, defendiendo actitudes contra natura" (entrevista en "Hespérides", nº11).

El pensamiento filosófico-literario de Vintila Horia se enmarca así dentro de una "derecha ideal", militante (diríamos que en una "Destra" a la italiana), alejada por completo de esa "derecha" donde los hombres del actual sistema pueden camuflar su falta de visión de futuro y su entreguismo constante a los grupos de presión financiera. Fiel a su vocación militante, nuestro autor fundó en 1971 la revista "Futuro Presente", que editó 41 números imprescindibles para la comprensión de las contradicciones de la modernidad, para su superación intelectual y para una crítica correcta del devenir. La obra desplegada por Vintila Horia, en sus diferentes artículos y obras, fue un todo donde de daban cita al completo las diferentes ramas de la cultura: filosofía, arte, ciencias, tradición, futurismo, política, sociología, psicología, erotismo, crítica literaria..., un todo que, lejos de ser un simple sincretismo, formaba una verdadera visión del mundo, una "Weltanschauung", siempre dirigida por un hilo conductor: la muerte del materialismo (en sus versiones liberal y marxista) y el resurgimiento de la alta espiritualidad.

Prueba de su vastedad intelectual fue la publicación, en 1971, de "Viaje a los Centros de la Tierra", una serie de entrevistas realizadas a los más influyentes pensadores y científicos del siglo XX; a ellos directamente o, si ya fallecieron, a sus colaboradores próximos: Husserl, Heidegger, Fellini, Unamuno, Jung, McLuhan... desfilan por sus páginas ofreciendo una visión final de conjunto: si las élites del siglo XIX eran laicistas y agnósticas, materialistas en el sentido filosófico de la palabra, la vanguardia científica de la postmodernidad, a partir de la revolución cuántica, nos ofrece, paradójicamente, un retorno a lo sagrado: "Es prueba de una gran incultura creer que ser progresista, en el sentido científico de la palabra, implica una actitud antirreligiosa (...) A la física actual se le puede llamar metafísica, porque es antimaterialista desde todos los puntos de vista (...) La nueva ciencia es una ciencia que acepta lo metafísico y habla del Dios de la creación. Todo lo que sucede en el Cosmos implica una actitud religiosa en la mayoría de los casos (...) El hombre contemporáneo, al no ser religioso, es inculto" (entrevista en "Hespérides", nº 11).

No nos es posible completar este intento de biografía de Vintila Horia sin hacer referencia a la que es quizás su obra monumental: "Introducción a la literatura del siglo XX", texto obligatorio para conocer todas las corrientes del pensamiento ético, político y social que se han expresado a través de la literatura durante esta centuria atormentada; obra doblemente interesante en cuanto que recupera para el público escritores que, por sus ideas anti-sistema, son hoy prácticamente ignorados.

Una digna de mención, por lo curiosa, fue "Encuesta detrás de lo visible", un libro de encuesta sobre temas de tipo parapsicológico, con entrevistas directas a personas que han sido actores o testigos directos de fenómenos paranormales, requiriendo además el punto de vista de los más cualificados expertos en la materia. No en vano, Vintila Horia fue fundador y vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología y del Instituto Internacional de Investigaciones Parapsicobiofísicas, instituciones donde dejó presente su interpretación espiritualista de los fenómenos paranormales, en oposición a las tesis materialistas de cierta parapsicología oficial.

Vintila Horia, en su obra y en su figura, constituye uno de los representantes esenciales de esa generación que ha sabido abrir brecha en la denuncia de las falsedades de la modernidad, del espíritu triunfante aquel año fatídico de 1789, del valor que supone llamar al materialismo por su verdadero nombre: irrealidad e incultura. Vintila Horia, por todo ello, constituye una referencia esencial en la lucha cultural contra la mentira establecida, contra un mundo que, precisamente por su necesidad constante de autojustificarse mediante ideologías que se derrumban cada treinta o cuarenta años, es por ello injustificable. La esencia del mensaje de Vintila Horia nos enseña que "todos los imperios caen; solamente pervive el imperio eterno del espíritu".

Santiago Rivas (Los Resistentes)

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA de VINTILA HORIA

· Presencia del mito, Escélicer, Madrid, 1957.

· Poesía y libertad, Ateneo, Madrid, 1959.

· La rebeldía de los escritores soviéticos, Rialp, Madrid, 1960.

· Dios ha nacido en el exilio, Fayart, París, 1960.

· El caballero de la resignación, Fayart, París, 1961.

· Los imposibles, Fayart, París, 1962.

· Giovanni Papini, Wesmael-Charlier, París, 1963.

· La séptima carta, Plon, París, 1964.

· El despertar de la sombra, Editorial Nacional, Madrid, 1965.

· Diario de un campesino del Danubio, La Table Rode, París, 1966.

· Una mujer para el apocalipsis, Julliard, París, 1966.

· España y otros mundos, Plaza & Janés, Barcelona, 1970.

· El hombre de las nieblas, Plaza & Janés, Barcelona, 1971.

· Viaje a los centros de la tierra, Plaza & Janés, Barcelona, 1971.

· Pepi Sánchez, Ministerio de Educación, Madrid, 1972.

· Mester de novelista, Prensa Española, Madrid, 1972.

· El viaje a San Marcos, Magisterio Español, Madrid, 1972.

· Encuesta detrás de lo visble, Plaza & Janés, Barcelona, 1975.

· Introducción a la literatura del siglo XX, Gredos, Madrid, 1976.

· Viitor Petrecut, Asociación cultural hispano-rumana, Madrid, 1976.

· Consideraciones sobre un mundo peor, Plaza & Janés, Barcelona, 1978.

· Literatura y Disidencia, Drácena, Madrid, 1980.

· Informe último sobre el Reino H., Plaza & Janés, Barcelona, 1981.

· Marta o la segunda guerra, Plaza & Janés, Barcelona, 1982.

· Perseguid a Boecio, Dyrsa, Madrid, 1983.

· Un sepulcro en el cielo, Dársena, barcelona, 1987.

· Las claves del crepúsculo, L´Age d´homme, Lausana, 1990.

· Reconquista del descubrimiento, Patris, Chile, 1992.

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