TRATADO CUARTO
Como Lázaro se asentó con un fraile de la Merced, y de lo que le acaeció con él
Hube de buscar el cuarto, y este fue un fraile de la Merced, que las mujercillas
que digo me encaminaron, al cual ellas le llamaban pariente: gran enemigo
del coro y de comer en el convento, perdido por andar fuera, amicísimo
de negocios seglares y visitar, tanto que pienso que rompía él
mas zapatos que todo el convento. Este me dio los primeros zapatos que rompí
en mi vida, mas no me duraron ocho días, ni yo pude con su trote durar
más. Y por esto y por otras cosillas que no digo, salí del