LA MORAÑA
Comarca de La Moraña de rojo
La Moraña es una comarca que ocupa la parte norte de la provincia de Ávila. Ocupa una extensión de unos dos mil kilómetros cuadrados y limita con las provincias de Segovia, Valladolid y Salamanca y por la parte sur con la zona de la Sierra de Ávila, formada por pequeñas montañas y colinas, una de las cuales, El Cerro Santo, desde cuya cima se puede contemplar toda la comarca. La población más importante es Arévalo. Otras localidades importantes son Madrigal de las Altas Torres y Fontiveros. Los ríos que transcurren por eta comarca son tranquilos y morosos. El Adaja, el más largo y caudaloso, discurre por la zona oriental de la comarca, recibiendo en Arévalo al río Arevalillo, que se abastece en los arroyos del sur. El río Zapardiel, seco en amplias zonas de su cauce, avanza zigzagueando desde Vita hasta San Esteban de Zapardiel, sin apenas arroyos que afluyan a engrosar su caudal. En el límite oeste, muy cerca ya de la provincia de Salamanca, camina, parco y medroso, el río Trabancos.
En el rincón noroeste de la comarca, haciendo esquina con las provincias de Salamanca y Valladolid, en la subcomarca llamada Tierra de Arévalo, entre los ríos Trabancos y Zapardiel, se encuentra Madrigal y su pequeña zona de influencia.
Hasta la invasión musulmana y la Reconquista, toda La Moraña disfrutó de abundantes bosques, pero las guerras entre cristianos y árabes, con sus incendios estratégicos, redujeron la masa arbórea. Las repoblaciones que llevó a cabo el rey Alfonso VI, con la consiguiente necesidad de tierras de cultivo y, por último, la asociación ganadera de Castilla y León conocida como la Mesta, deforestaron la comarca hasta dejarla con el aspecto actual.
Arquitectónicamente, esta tierra, castigada por las continuas incursiones de moros y cristianos, desarrolló como ninguna el mestizo y hermoso arte mudéjar. Ábsides, frisos, muros y espigas aparecen por doquier en la, sin duda, más importante muestra del arte mudéjar de España.
Su economía se basa principalmente en la agricultura y la ganadería. Los cultivos de secano ocupan una buena parte de su superficie, principalmente el trigo y la cebada. En la parte norte es importante el cultivo de la remolacha azucarera.