CONMEMORACIÓN

Ante la conmemoración del Bicentenario de la Guerra de la Independencia, vamos a asistir a la manipulación de este hecho histórico por parte de los liberales relativistas. Llevaban un tiempo haciéndose, pero ya han empezado de forma "institucional" con el "Mensaje de Navidad" de Esperanza Aguirre. Bajo un lenguaje de homenaje a los Héroes, van a meter de contrabando mensajes manipuladores que desvirtuan la Historia y engañana al gran público.Repiten dos mensajes:

-El nacimiento de España como nación y de la conciencia nacional es fruto de la Constitución de Cádiz

-La Guerra de la Independencia es un levantamiento de trasfondo liberal.

El nacimiento de España es anterior a a la Guerra de la Independencia, España se configura como nación con los visigodos, basta leer a San Isidoro y a Sánchez Albornoz.

El escritor Pérez Reverte, según declaraciones suyas a la prensa y artículos con los que se promociona su obra, la tesis fundamental es que en Madrid, el 2 de mayo de 1.808, se levantó la chusma ignorante en defensa de una monarquía degenerada y de una Iglesia oscurantista.

"Los españoles somos violentos, crueles, envidiosos, puñeteros y de bronca fácil". Así se expresaba ayer en el Club FARO el escritor Arturo Pérez-Reverte al hilo de su última novela, "Un día de cólera" "Son incultos, defienden a un rey infame, a una España atrasada y a una Iglesia caduca. Pero no puedo evitar admirar el valor"

Sobre la Iglesia también es recomendable detenerse: "Aquel día tuvo una actitud vergonzosa, infame. Desconfiaban del pueblo. Napoleón para ellos representaba en esa época el orden, luego se pasó al otro bando, aunque hay que decir que algunos curas salieron a la calle".
Fue una enorme bronca protagonizada por una gente que estaba harta de la chulería y el desprecio de los franceses. Aunque lo ha escrito sin ocultar la dualidad que siente. "No hay que olvidar que los franceses eran la modernidad, y los que salieron a la calle, unos tíos que defendían la monarquía y la religión. No sabían que nos traían a Fernando VII, el mayor hijo de puta de nuestra historia reciente, pero no puedo evitar sentir una enorme ternura por quienes murieron en las calles".
La gente de orden se quedó en casa.

Para el escritor Arturo Pérez Reverte, en el siglo XVIII «una buena guillotina en la Plaza Real de Madrid, por donde hubieran pasado reyes, curas y nobles, hubiera venido muy bien».

«Si el siglo XVIII había sido de esperanza, pues llegaba aire fresco, con esa `intifada' que fue el Dos de Mayo España cerró la puerta a la modernidad. Esa guerra nos obligó a elegir, y elegimos ponernos con el compatriota, en vez de con los franceses, que llegaron arrasando. La Guerra de la Independencia fue noble, pero el resultado fue vil». «Ese día se trazó la frontera entre las dos Españas, la libertaria y la reaccionaria».
Chusma o no chusma, en Madrid se levantó el pueblo en defensa de lo que llevaba en lo más hondo de su alma: Dios y el Rey, que configuraban la Patria. Puede decir lo que quiera de la Iglesia de España. Pero todo lo que España es en el orden cultural y la civilización se lo debe a la Iglesia. Más aún, cada vez que la Iglesia ha sido perseguida en nombre de la cultura y del progreso, se ha perjudicado a la cultura y al progreso de España. Es la religión su nacimiento y vida, como se ve en todos los hechos importantes de su historia. Por eso, decía Manuel García Morente, el mejor filósofo de la Historia de España del siglo XX, que LA RELIGIÓN ES CONSUSTANCIAL CON LA PATRIA. A lo largo de la Historia la aportación de la cultura española a la cultura universal ha sido muy importante, ya de la antigüedad, pero es en la época de la Modernidad cuando España otorgó al mundo su era de mayor nobleza, madurez, finura doctrinal y espiritual, de heroísmo, magnanimidad y belleza que recuerda la Historia.

España es una prodigiosa armonía metafísca constituida en Dios. Esto es un hecho que tiene mil quinientos años de Historia. La Historia de España constituye un desarrollo unitario en torno al eje de la dignidad espiritual del ser humano y su aporte a la Historia universal es de tal calibre, que si España no hubiera existido, el mundo sería diferente y peor.

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