Y aquí estalla en fulgores de triunfo el genio de España. En el mundo han existido varios genios que han atravesado los siglos de la historia con discrepancias capitales: el genio de Oriente; Dios sobre el hombre; el genio de Occidente; el hombre quiere marchar por la historia a partir de las convulsiones religiosas, siglos XVI, protestantismo, sociales, revolución francesa, siglo XVIII, y la revolución económica-materialista, marxista, siglo XX, y el genio de Cristo, redentor y salvador del mundo, que había de traicionarle y desplazarle, más o menos culpable, sediento de innovación al goce de los bienes terrenos y de la técnica materialista. Entre estos genios está España, en la prolongación del genio de Cristo, en medio de un mundo paganizado en los cuatro últimos siglos. El genio de España destaca entre las demás naciones, materializadas en su galopante caminar hacia la técnica materialista; es el genio de una nación que sirve a la Divinidad con su cultura de fines, que es distinto del genio de Oriente, del genio islámico, que sirve más a la materia que al espíritu, aunque parece tender hacia Dios en un sentido fatalista, sobre el hombre;el genio de España no es el genio de Occidente, en el predominio y visión del hombre sobre Dios, en su apostasía y traición a las raíces de su nacimiento y grandeza, para en este olvido mpezar un proceso de paganización y naturalismo, con el Renacimiento (homocentrismo), seguido de un racionalismo, dominio de la razón sobre su fe acentuado por la revolución social francesa, clamor del pueblo y declaración de los drechos del hombre sobre Dios y las demás instituciones, para terminar con la exaltación d elos valores económicos y negación de los valores espirituales, ene l ateísmo marxista del siglo XX.

España dista de todos estos extremos y va a brotar del corazón y entraña de la historia, como defensora de los valores espirituales, religiosos; la España eterna, quijote de la Historia, que va a luchar contra tirios y troyanos hasta perder toda su grandeza material y poderío temporal por defender lo espiritual, trascendental y eterno. Así lo hizo en la época visigoda; éste será su destino en la historia; así lo seguirá haciendo, inconfundible en el consorcio de las demás naciones; por eso ESPAÑA ES DISTINTA DE TODAS E INCOMPRENSIBLE; el reino de la materia no puede comprender al reino del espíritu.

Europa, a partir del siglo XV, empezó la defección del espíritu cristiano.Sólo España (con la ejemplar excepción de la mártir Polonia) permanece fiel, cual otro Quijote, deshaciendo entuertos y problemas. ¡Qué problemas!, los más graves, los problemas de la marcha de los pueblos y su orientación por la historia. España, paladín del Catolicismo, lucha porque no se pierdan y olviden de sus orígenes, y ellas (las naciones), huyeron y abandonaron el recinto del Catolicismo, para convertirse en pueblos que buscan una religión acomodada a su idiosincrasia, y si Mahoma fundó una religión a medida del temperamento del ardiente y sensual de los árabes, Lutero levantó una religión, cuyos principios del libre examen respondían al modo de ser de los pueblos sajones y germanos, siempre celosos de su independencia de Roma. Francia e Italia marchando tras la inspiración anglo-sajona y germana, se dejaron seducir por sus adelantos técnicos y civilización materialista, quisieron uncirse a su carro, a su caminar; civilización material más que cultural, mirando más al dominio del mundo externo que a la prefección y renovación del hombre interior que tiene fines y destinos trascendentales de ultratumba:SÓLO ESPAÑA ENTRE LOS PUEBLOS LIBRES PERMANECIÓ FIEL A ESTOS DESTINOS.

Desde los primeros tiempos, con la venida de los apóstoles Santiago y San Pablo, que abrieron el camino que había de recorrer en el transcurso de la historia universal, España, la España eterna empezó su misión, que nunca, en medio de los avatares de la historia y de las luchas de los hombres y naciones había de abandonar. Una nación, estrella de Occidente, se había despertado con la venida del Hijo del Trueno y el Apóstol de las Gentes, y dejando su paganismo, iba alanzarse como relámpago centelleante a cumplir sus destinos y la misión que le dejó, Santiago, su Pasdre en la Fe. Como fue el Padre fue la hija. Si el Padre con celo apostólico vino a España y la despertó de su paganismo, esta nación iba a tomar a Occidente y darle en el tímpano de sus oídos con las verdades trascendentales, traídas por el Cristianismo, y esto desde el primer siglo, con Osio y en los siglos posteriores con San Dámaso y Orosio, con otros campeones de la Fe Cristiana, que se levantaron en el siglo XIII y XIV, entre los cuales aparece, como figura de primera magnitud, Raimundo Lulio.Vienen después las grandes figuras que iluminan el campo de la literatura, pedagogía y filosofía con Viven, Sabunde, Morcillo, Suárez y los grandes teólogos del Concilio de Trento, Laínez, Melchor Cano, más adelanto López y Pérez, Ceballos y Alvarado en el siglo XVIII y el inmortal Balmes, el primer apologista moderno, el debelador de la revolución religiosa del siglo XVI, el protestantismo, y se levanta hierático y amenzador, como otro Jeremías del siglo XIX, la relampagueante figura de Donoso Cortés, el mejor filósofo de la historia que ha tenido España, que martilleó durante cinco años, los últimos de su vida, sobre el oído de Europa, para que despertase del letargo materialista y volviese su mirada a lo que podía ser su único remedio; o la reacción religiosa o la muerte, Europa no le escuchó en el siglo XIX y cayó en el siglo XX en el más escandaloso materialismo y paganismo de costumbres que han conocido los siglos.

Así ha sido España en los veinte siglos de Cristianismo: LA DEFENSORA DEL ESPIRITUALISMO CRISTIANO contra el materialismo demoledor de la verdad del hombre. así, una vez convertida al Catolicismo, la nación española va a deslumbrar al mundo con su florecimiento literario-religioso, porque desde que el Apóstol Santiago la despertó de la ceguera del campo de la gentilidad, se hizo cristiana , y quiso oír la llamada del Altísimo, que le proclamaba, como portador de destinos providenciales en la HISTORIA UNIVERSAL.

Ya lo empezó a cumplir en el siglo cuarto, cuando el Mundo era pagano, y ella, la "amazona del Catolicismo", se levantó con un gesto ecuménico, y la Iglesia Católica era víctima de las más atroces persecuciones empapando los campos de Europa con la sangre de los mártires, por los emperadores más feroces y poderosos como Nerón y Deocleciano; la aguerrida España, guiada por Santiago Apóstol, "el hombre de fuego", convocaba en 306 el Concilio de Elvira en la ciudad de Granada. De aquella porvincia salió la "LUZ" que iluminaba a la naciente Iglesia, que estaba en Roma, y de aquellos venerables obispos españoles emanaron las normas de moralidad cristiana que habían de dirigir toda la Iglesia Universal, hasta el Concilio de Nicea en el año 325, que fue el primer Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica; y en los siglos posteriores, España, vigía del orbe Cristiano y defensora del Catolicismo, va a ir abriendo el camino, la vía por donde marcarán las generaciones futuras, que rezando, sufriendo, y cantando formarán la legión de los cristianos que se van extendiendo por los diversos continentes, y entre esas diversas regiones y naciones de los militantes cristianos se destaca una que aparece más compacta, más unida, y que con el nombre de HISPANIDAD UNIVERSAL, en el desarrollo explosivo y arrollador del Catolicismo español, había de surgir en el siglo XV, para realizar la obra más grande del género humano, después de su creación y Redención, descubriendo más pueblos, naciones y continentes que parecen terminar la obra del CREADOR: AMÉRICA Y OCEANÍA; y esto lo hacía la Nación, que era dueña de casi toda América, y mandaba en las costa de África y había de civilizar y convertir con sus misiones a parte de Asia: España era un pueblo de misioneros que al conjuro de su predicación levantaba la HISPANIDAD UNIVERSAL,que significaba la conversión del mundo para Cristo.

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