EL RENACIMIENTO CRISTIANO O EL MATERIALISMO
¿Sabéis qué es la revolución? ES EL ÚLTIMO
TÉRMINO A DONDE HA LLEGADO EL ORGULLO. Más de un siglo ha pasado
desde que Donoso Cortés hizo estas afirmaciones y han tenido y sigue
teniendo una realidad impresionante.
Por otra parte, ¿cuál es la misión del hombre histórico?,
se pregunta el escritor húngaro, Antal Shcütz:”La misión
de hoy para el individuo es confesar y aceptar de lleno el contenido del pasado,
mañana histórico y sobre todo su elemental fundamento…hay
que descubrir nuevamente la espiritualidad, el mundo interior, y hay que inculcar
en la fe, en la fuerza que éste tiene, para formar la vida y la historia
a esta generación incrédula”.
“El problema de Occidente – escribe Wilhemsen – no puede separarse
de su historia, el camino, el proceso de Occidente, desde el Renacimiento hasta
el comunismo fue la desviación del hombre de la Iglesia de Dios; el absolutismo
y el liberalismo, la desviación del hombre de sus libertades concretas
y de sus instituciones autónomas, de su trabajo y de su propiedad privada,
las consecuencias de la secularización de la vida; el marxismo, la desviación
del hombre de su propia naturaleza”; y más adelante afirma: “El
liberalismo es el camino más corto hacia la destrucción final
del Occidente, porque si España cayera en el comunismo, toda Europa se
perdería”.
Contempla este pensador estupefacto la situación catastrófica
de Occidente afirma: “Una secularización espantosa se apodera de
todo el Occidente donde los políticos piensan contrarrestar la ola comunista
con un nivel más alto de la vida material. Pero el Occidente no se salvará
con más comodidades. Este bienestar material, bueno y deseable en sí,
no basta. Lo que hace falta es el espíritu de la verdad: LA IGLESIA DE
CRISTO, la recristianización de nuestra civilización”. Esto
mismo estuvo tronando con rasgos apocalípticos Donoso Cortés,
con el cual coincidían Dawson, Berdiaeff, que en el siglo XX grita a
los pueblos de Occidente: “O el mundo ha de asistir a un vastísimo
renacimiento cristiano, so sólo entre la clase alta, sino en las masas
populares, o se apoderará de él el comunismo renegado”
Donoso y Berdiaeff, los dos espíritus atormentados y apocalípticos,
videntes de la historia en el siglo XIX el uno y el otro en el siglo XX, Berdiaeff
es la filosofía explanada de Dostoyesvski, con toda la ardiente personalidad
profética del novelista ruso, Donoso Cortés es el Jeremías
español y europeo del siglo XIX.
Tal era el estado de la Europa y del mundo, dice Donoso Cortés, cuando
el primer estallido de la última revolución vino a anunciarnos
a todos que aún no había bastante despotismo en el mundo; porque
el termómetro religioso estaba por bajo de cero. Ahora bien, una de dos:
o la reacción religiosa viene o no; si hay reacción religiosa
entonces el termómetro político bastará hasta señalar
el día templado de la libertad de los pueblos; cuando la represión
religiosa no exista todos los despotismos serán pocos”.
Y más adelante añade:
No hay que hacernos ilusiones: el porvenir es triste y hasta cierto punto pavoroso.
Pero encuentra un remedio contra la catástrofe que amenaza a Europa:
El remedio radical contra la revolución y el socialismo no es más
que el catolicismo, es la única doctrina que es su contradicción
absoluta. ¿Qué es el catolicismo? Es sabiduría y humildad.
¿Qué es el socialismo? Es orgullo y barbarie. El socialismo como
el rey babilónico, es rey y bestia al mismo tiempo.
Berdiaeff, en el mismo sentido que Donoso Cortés, expresaba casi un siglo
después:
No hay que hacerse grandes ilusiones. La creación de un nuevo tipo de
santidad en el centro del corazón del mundo es una tarea ardua que el
cristianismo ha de cumplir.
Peor el pensador ruso concreta más y se fija en las clases obreras:
De cualquier modo, el porvenir pertenece a las masas obreras, a los trabajadores;
es un hecho indiscutible y justo. Falta saber qué espíritu animará
mañana a esas masas y en nombre de qué principio fundarán
una vida nueva. ¿En nombre de Dios y de Cristo? ¿En nombre del
elemento espiritual que yace en el fondo de nuestra naturaleza? O, por el contrario,
¿en nombre del anticristo? ¿En nombre de la materia endiosada
de la colectividad humana, trocada en divinidad, en la cual se pierde y se diluye
la forma del hombre y muere el alma humana? El pueblo ruso ha planteado el problema
ante el mundo entero.
He aquí la gran interrogante de la historia en la nueva época
que se abre en la historia de la humanidad: o el cristianismo integral o el
anticristo en nombre de la colectividad materializada. Se impone para la salvación
de la humanidad el cristianismo integral, que comprende no sólo a las
clases altas, sino a las masas populares.
Los dos filósofos coinciden en lo sustancial, aunque Berdiaeff, ya que
en pleno triunfo de la revolución comunista que Donoso Cortés
no vio, y llevado por el mesianismo que atribuye al pueblo ruso, pensó
que el Renacimiento estaba desintegrado y apuntaba su derrota y fracaso hacia
un final de la humanidad o un Renacimiento cristiano de ésta.
Presenta Donoso Cortés dos cuadros en donde maravillosamente, y con pinceladas,
describe a los dos enemigos irreconciliables de los tiempos modernos: la demagogia
y el cristianismo.
La demagogia – dice Donoso Cortés – no respeta la virtud,
esa gloria del cielo, ni la gloria, esa virtud de las naciones; la demagogia,
atacando todos los dogmas religiosos, se ha puesto fuera de toda religión;
atacando todas las leyes humanas y divinas, se ha puesto fuera de toda ley,
atacando simultáneamente a todas las naciones, no tiene patria,; atacando
todos los instintos morales de los hombres, se ha puesto fuera del género
humano.
Y a continuación añade:
Enemiga irreconciliable del género humano, y habiendo venido a las manos
con él en la más grande batalla que han visto los hombres y que
han presenciado los siglos, el fin de la lucha gigantesca será su propio
fin o el fin de los tiempos.