EUROPA VUELVE A LA FE O PERECE
¿A dónde
va el mundo? Hacia el abismo que inconscientemente le lleva la brutal técnica
materialista que le ha esclavizado. O Europa vuelve a la fe o perecerá,
decía Belloc, y con él coinciden pensadores y filósofos
de la historia, como Donoso Cortés, Pipier, Berdiaeff, Maritain y otros
autores del siglo XX. Pero lo que arrebata el espíritu son las auténticas
profecías, que a lo largo de los siglos se han ido realizando sobre
la marcha de la humanidad, y que se han ido verificando en diversos siglos.
La vertiginosa caída de los imperios materialistas aplastados por la
mano del Omnipotente, las confirma. Dios dirige la historia universal desde
la creación y en su lucha milenaria entre el Bien y el Mal, terminando
con la batalla final triunfadora de la Divina Providencia que aparece rutilante
y arrolladora del Mal en la descripción impresionante del libro del
Apocalipsis.
Por otra parte, nunca existieron tantas pasiones desatadas, por la sed de
dinero, placeres, ambición y soberbia; la humanidad henchida de orgullo,
parece desafiar las iras del Altísimo y ha levantado la torre de Babel
moderna, mucho más peligrosa y llena de maldad que la torre de los
tiempos bíblicos(416). Pero en el correr de los siglos resuena la voz
del Omnipotente que anuncia el fin de la historia, del mundo,que vendrá
y tendrá todos los caracteres de una catástrofe universal; así
lo manifiestan las palabras del discurso de Jesús sobre su sengunda
venida sobre las nubes del cielo:"Pues se levantarán pueblo contra
pueblo, y reino contra reino; habrá hambre y terremotos en diversos
lugares; más todo eso será sólo el principio de los dolores.
Entonces la tribulación será tan grande como no la hubo desde
el principio del mundo hasta ahora y ni la habrá jamás. Porque
como el relámpago sale del Oriente y brilla hasta Occidente, así
será la venida del Hijo del Hombre. En seguida, después de la
tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna
no dará resplnador, las estrellas caerán del cielo, y las columnas
del cielo se tambalearán. Entonces aparecerá en el cielo la
señal del Hijo del hombre; todas las tribus de la tierra se golpearán
en el pecho y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo
con gran poder y gloria. Y mandará a sus ángeles con potente
trompeta,y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, desde el
uno al otro extremo. El cielo y la tierra apsarán, pero mis palabras
no pasarán"(Mt.24,3-35).
San Pedro, se hace eco de este discurso de Jesús, en su segunda carta:"En
cambio los cielos y la tierra acturales, están reservados por la misma
palabra y guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición
de los impíos. El día del Señor vendrá como ladrón,
los cielos se desintegrarán entonces con gran estrépito, los
elementos incendiados se disolverán y la tierra con todo cuanto hay
en ella tampoco escapará".
Los teólogos hablan del fin de la historia y del mundo como un hecho
preternatural. La ciencia y la razón humana no han podido decir nada
concreto y definitivo sobre este tema tan trascendental, y se quedan estancados
en una mera posibilidad del fin del mundo. Es la Revelación la que
manifiesta que se trata de una intervención milagrosa de Dios. Donoso
Cortés comtamplaba esta visión apocalíptica y exclamó:
"La Babel demnocrática tendrá la misma suerte que la Babel
de los libros santos; lo que aconteció entonces acontecerá ahora.
Repetirase el drama de las llanuras de Sennaar; antes que esté acabada
la torre, Dios castigará a los impíos" (419). Realidad
desconcertante que a lo largo de la historia universal se ha visto confirmada
por la desaparición y hundimiento de todos los imperios materialistas
que el orgullo, la soberbia humana, desafiendo el poder del Altísimo,
levantó en los diversos pueblos y continentes, y esto desde los tiempos
más remotos hasta el calamitoso devenir histórico contemporáneo,
cargado de revoluciones y espantosas convulsiones sociales, que han lleado
al hombre a su deshumanización y endiosamiento de la materia. Por eso,
el gran filósofo de la historia española, se preguntaba.¿Sabéis
lo que es la revolución? ES EL ÚLTIMO
TÉRMINO A DONDE HA LLEGADO EL ORGULLO(420). Más
de un siglo ha pasado desde que Donoso Cortés hizo estas afirmaciones
y han tenido y siguen teniendo una realidad impresionante. Por otra parte,
¿cuál es la misión del hombre histórico?, se pregunta
un gran escritor húngaro: "La misión del hoy para el individuo
es confesar y aceptar de lleno el contenido del pasado, mañana histórico
y sobre todo su elemental fundamento...Hay que descubrir nuevamente la espiritualidad,
el mundo interior, y hay que inculcar en la fe, en la fuerza que ésta
tiene, para formar la vida y la historia a esta generación incrédula"(421).
"El problema de Occidente - añade otro escritor extranjero - no
puede separse de su historia, el camino, el proceso de Occidente, desde el
Renacimiento hasta el comunismo fue la desviación del hombre de la
Iglesia de Dios; el absolutismo y el liberalismo, la desviación del
hombre de sus libertades concretas y de sus instituciones autónomas,
de su trabajo y de su propiedad privada, las consecencias de la secularización
de la vida; el marxismo, la desviación del hombre de su propia naturaleza";
y más adelante afirma: "El liberalismo es el camino más
corto hacia la destrucción final de Occidente, porque si España
cayera en el comunismo, toda Europa se perdería" (422).
(416) En el períodico ABC, 2 de julio de 1.975, afirmaba un escritor:
"No disponemos de espacio para desarrollar la cadena de pecados en la
humanidad enajenada. He aquí el esquema de sus eslavones: El número
del hombre condujo al agotamiento de la tierra. El agotamiento engendró
la miseria. La miseria, la violencia.Y esta, la rpresión, fuentes de
la revolución y la guerra, así sea en potencia. Y todos estos
males juntos impulsan una ciilización sin frenos y reprimen una cultura
contaminada de materialismo.
(419) DONOSO CORTÉS: o.c.,B.A.C. 1946, pág. 825.
(420) ibíd.,pág. 825.
(421) ANTAL SCHÜTZ: Dios en la historia. 1.949, pág.
281
(422) WILHEMSEN, F.:El problema de Occidente y los cristianos, págs.
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