Conservemos España y los españoles
Un planeta que
tenemos solo en desposito y que debemos de dejar habitable para nuestros descendientes
y de cuya gestión deberemos dar cuentas.
La ecología verdadera, bien entendida, es un valor transcendente, que
debemos defender y difundir, con interés.
A pesar del desprestigio y daño que produce la manipulación y mal uso que se hace del concepto de ecología, por ciertas ideolgías materialistas o por modas inducidas, el contenido auténtico de ella es un deber para las personas que mantienen los valores que propugna ARBIL:
-Como ciudadanos que amamos profundamente nuestra Nación, la infraestructura de ésta, su suelo, y la flora y la fauna que lo pueblan, son parte del patrimonio que sustenta nuestra Patria. Cuanto mejor conservermos la naturaleza, la Patria será más grata a sus hijos. Un Estado sano debe conservar y mejorar todos estos componentes, persiguiendo con dureza a quienes los deterioren, por desprecio o intencionadamente.
-Como creyentes debemos seguir el mandato imperativo del Génesis (II, 15), que puso al hombre en el mundo para que "...lo cultivara y lo guardara..." y que nos obliga a administrar en las mejores condiciones un planeta que tenemos solo en desposito y que debemos de dejar habitable para nuestros descendientes y de cuya gestión deberemos dar cuentas.
Pero una idea que siempre se olvida es que también los seres humanos forman parte de la biosfera y que, en muchas ocasiones, se desarrollan en condiciones inaceptables o están en peligro. Y de hay la petición que haciamos al comienzo por qué ¿somos los españoles somos una especie en vías de extinción ?.
Afortunadamente, y a pesar de percepciones que pudieramos tener a través de los medios, y como cabría esperarse de las políticas del Gobierno Central y autonómicos, los españoles no peligramos porque desaparezca en nosotros el sentimiento de españolidad. Las últimas encuestas publicadas, sorprenden por los resultados, que prueban la terquedad de los ciudadanos de "este pais" en seguir manteniendo, contra todo pronóstico, y a pesar de la voluntad de la clase política, el orgullo de ser españoles.
Sin embargo los españoles si que podemos llegar, literalmente, a extinguirnos físicamente, como especie, si continuan las actuales tasas de natalidad, las más bajas de todo el mundo, que no cubren ni de lejos los umbrales de sustitución intergeneracional. Y estamos a punto de alcanzar un punto de no retorno, en que inclusive, por la estructura de la piramide de edades fértiles, aunque se tomen medidas potenciadoras de la natalidad, estan no surtirán efectos Esto va a traer consecuencias de orden moral y económico, con problemas que hay ya que plantearse y solucionar. Desde, y con vistas al largo plazo, como asegurar la pervivencia del pais, a, ya con carácter inmediato, ver como se ha de poder mantener nuestra estructura de pensiones. (en muy breve espacio de tiempo, habrá una proporción de un trabajador por cada dos pensionistas) Por ello urgen medidas natalistas, con un fuerte apoyo económico de las administraciones (inversión para el futuro) a las familias. Pero sobre todo un cambio moral, donde la actitud social, la de los ciudadanos, sea una postura abierta a la vida.
Pero también, y de forma realista, debemos plantearnos la necesidad de una inmigración que cubra nuestro déficif poblacional, una emigración que todavía tenemos tiempo de preparar, evitando futuros problemas de integración, primándola de países de nuestro ámbito historico, cultural y religioso (entiendase Hispanoamérica) que solucionará, en parte, el futuro demográfico.