Juan Donoso Cortes
«Yo represento la tradición, por la cual son lo que son las naciones en toda la dilatación de los siglos. Si mi voz tiene alguna autoridad, no es, señores, porque es la mía: la tiene porque es la voz de nuestros padres.» Juan Donoso Cortés
Juan Francisco Donoso Cortés , marqués de Valdegamas, literato, político y diplomático español, nació en 1.809 en Valle de la Serema (Badajoz) y nurió en París en 1.853. Representó un importantes papel en la política de su tiempo, diputado por Cádiz en las Cortes de 1.837, fue desterado durante la dictdura de Espartero desde 1.840 hasta 1.843. Después fue director de estudios de la reina Isabel II, y después embajador en París. Sus escritos son de una correcta prosa y sus discursos brillantísimos éstos. Sus obras están recopiladas en dos tomos editados por B.A.C.
Probablemente no ha habido en los últimos trescientos años un pensador de la talla de Donoso Cortés. Los estudios del alemán Carl Schmirtt han mostrado la formidable penetración del diplomático extremeño.
Ha sido en los últimos cuarenta años cuando su obra se ha hecho evidente, por la poderosa una razón, que explica, sobre todo a partir de la última guerra mundial, esta nueva actualidad: los acontecimientos que se han sucedido en la historia, en los últimos cien años han confirmado sus predicciones. Y después de cada catástrofe, 1,848, 1.918(final de la guerra europea), 1.945 (final de la guerra mundial y triunfo del comunismo) hizo que el nombre de Donoso sonara con fuerza; pero fue posiblemente una conmoción como la sufrida en España, para que su nombre comenzara a tener también resonancia entre los españoles.
Donoso Cortés junto con Jaime Balmes son los dos apologistas católicos desde 1.834. Entre ellos no hay más que un punto de semejanza: la causa que defienden. Por lo demás son de naturalezas diversísimas y opuestas, reflejando fielmente caracteres aún opuestos. Es diferencia de educación, de procedencia y de cultura. De aquí diverso estilo y filosofía también diversa. Balmes es el genio catalán, paciente, metódico. No da un paso en falso. Con él no hay peligro de extraviarse, porque tiene en grado eminente el don de la precisión. Donoso es la impetuosidad extremeña, y trae en las venas todo el ardor de sus patrias dehesas en estío. No es analítico, sino sintético; no desmenuza con sagacidad laboriosa, sino que trata y encadena las ideas y procede siempre por fórmulas. No siempre convence, pero arrebata, suspende, maravilla y arrastra tras de sí en toda ocasión. Aún más que filósofo es escritor y polemista; aún más que polemista, orador. No es escritor correcto; pero es maravilloso escritor, y habla su lengua propia, ardiente y tempestuosa unas veces, y otras seca y acerada. No hay modo de confundir sus páginas con las de otro alguno; donde él está sólo los reyes entran. En ocasiones parece un sofista, y es porque su genialidad literaria le arrastra, sin querer, a vestir la razón con el manto de un sofisma. A veces aparece un declamador ampuloso, y, no obstante, es sincero y convencido. Habla y escribe como por relámpagos; asalta , a guisa de aventurero , las torres del ideal,y cada discurso suyo parece una incursión vencedora en el país de las ideas madres. Todo en él es absoluto, decisivo, magistral; no entiende de atenuaciones ni de distingos; su frase va todavía más allá que su pensamiento.
Balmes y Donoso han cumplido obras distintas, pero igualmente necesarias. Donoso, el hombre de la palabra de fuego, especie de vidente de la tribuna, ha sido el martillo del eclecticismo y del doctrinarismo. Balmes es el hombre de la severa razón y del método, sin brillo de estilo, pero con el peso ingente de la certidumbre sistemática, ha comenzado la restauración de la filosofía española, que parecía hundida para siempre en el lodazal sensualista dl siglo XVIII. ¡A cuántos ha hecho abrir los ojos a la luz del pensamiento científico la lectura de Balmes ! ¡ Cuántos se han visto libres de las cegueras eclécticas con las ardientes y coloreadas páginas de Donoso!
¡ Obra santa y bendecida por Dios fue ciertamente la de uno y otro! Él en su tremenda misericordia los suscitó en el instante de la tremenda crisis, en la aurora de la revolución, y la semilla que ellos esparcieron no toda cayó en terreno estéril e infecundo, ni entre piedras, ni a la orilla del camino. Ellos dieron el pan de vida intelectual a una generación próxima a caer en la barbarie. Ellos hicieron volver los ojos a lo alto a los que se despedazaban como fieras. Ellos sacaron la política del empirismo grosero y del utilitarismo infecundo, y la hicieron entrar en el cauce de las grandes ideas éticas y sociales,, tornándole su antiguo carácter de ciencia. Puesta en Dios la esperanza, no escribieron para el día de hoy, fiaron poco de personas ni de sistemas; todo lo esperaron de la regeneración moral, de la infusión del espíritu cristiano en la vida. Con el error no transigieron nunca; con la iniquidad aplaudida y encumbrada, tampoco. Si pasaron por la escena política, fue como peregrinos de otra república más alta. En lo secundario podían diferir; en lo esencial tenían que encontrarse siempre, porque la misma fe los iluminaba y la misma caridad los encendía.
Por eso: " En los pueblos que son ingobernables, el gobierno toma necesariamente las formas republicanas". Y esto sucede en Francia, Italia y otras naciones de Europa que son incapaces de gobernar a la masa embravecida de las pasiones , que arrastran a las masa ingobernables, desde Italia a los corrompidos países del norte de Europa y casi todos los países de este continente laizado y y apóstata. No hay paz en donde se ha perdido el sentido de Dios y de lo sobrenatural y ha penetrado el disolvente de la anarquía. No hay autoridad en Europa. Por eso no pueden gobernar a los rebaños de obreros, que crispando los puños en alto y con el lema de la revolución, desde la convulsión política de 1.789 amenazan con hundir los cimientos de la sociedad europea. Estas ideas, que tienen su punto de partida en la Revolución Francesa y que traspasaron las fronteras galas con Napoleón, vencedor de esa revolución, y se propagaron por toda Europa, que socialista, laica, en la casi totalidad de las naciones libres de este continente y comunista y atea en los países eslavones, esclavos de la Rusia marxista. Por eso las naciones europeas, envidiosas de la paz y el orden que en España existían, amenazan como canes rabiosos, que con sus ladridos manifiestan los deseos de exterminio de todo lo español que quieren destruir. Por eso , contemplando las doctrinas socialistas, Donoso Cortés estampó estas frases impresionante actualidad en que el satanismo "sigue vivo en el mundo": "El socialismo no es fuerte sino porque es una teología satánica". Donoso Cortés con frases elocuentísimas que ponen de manifiesto la íntima relación que hace del liberalismo y socialismo, como premisa y consecuencia dijo: "De aquí proceden las dos grandes parcialidades de la escuela liberal, la democrática y la liberal propiamente dicha, la segunda más tímida; la primera, más consecuente. La democrática. Arrastrada por una lógica inflexible, ha ido a perderse en la mar, en las escuelas, "a un mismo tiempo ateas y socialistas". Así intuyó genialmente la marcha y avance arrollador de la Europa del siglo XIX para verlas desembocar en la escuela socialista (cuya teología satánica) del siglo XX. Toda Europa ha caído en este engaño y abismo socialista(con ligeras excepciones); por eso su paganismo y ateísmo oficial. Trepidante y apocalíptico se le ve marchar a Donoso Cortés en aquel volcán de fuego y de revolución que se presentó en Europa y como un profeta que vaticinó todo lo que a ésta le iba a sobrevenir, y asombró al mundo contemporáneo afirmando: "La escuela liberal, enemiga a un mismo tiempo de las tinieblas y de la luz, ha escogido para sí no sé qué crepúsculo incierto entre las regiones luminosas y las regiones opacas, entre las sombras eternas y las divinas auroras. Puesta en esta región sin nombre, ha acometido la empresa de gobernar sin pueblo y sin Dios;: empresa extravagante e imposible, sus días están contados, porque por un punto del horizonte asoma Dios y por otro asoma el pueblo. Nadie sabrá decir donde está en el tremendo día de la batalla y cuando el campo esté lleno con las falanges católicas y las falanges socialistas".
Aquí está Europa. ¿En qué punto de esta pavorosa batallas nos encontramos?. Esta es la Europa de nuestros días, apóstata, atea, víctima del socialismo y comunismo renegada de su nacimiento cristiano.