SANTUARIO NACIONAL DE LA GRAN PROMESA


La obra del Santuario Nacional de la Gran Promesa como el hecho trascendental de la “Gran  Promesa” que ha sido confirmada por múltiples personalidades, entre ellas el Papa Pío XII, que calificó al Santuario “foco de luz y amor”. Juan XXIII que visito el Santuario siendo Patriarca de Venecia, el 26 de julio de 1.954. Pío XI que deseaba convertir al Santuario Nacional de la Gran Promesa  en centro privilegiado de amor  y veneración, de expiación y plegarias al Corazón Sacratísimo de Jesús. El arzobispo de Granada, D. Rafael García y García de Castro, 12 de abril de 1950, que cita las palabras del gran Prudencio:”Hispanos Deus aspicit benignus”. Dios mira a los hispanos con ojos de benignidad. Don Luis María Martínez, arzobispo de Méjico, 24 de octubre de 1951, que proclama:”Este templo de  la Gran Promesa es monumento que publica ante la faz del mundo“ aquella promesa singular que recibió España por medio del P. Bernardo de Hoyos, el apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús: “QUE ESTE CORAZÓN DIVINO REINARÍA ESPECIALMENTE EN ESPAÑA Y QUE ESPAÑA SE DISTINGUIRÍA POR SU DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS”. No sólo los que habitan la península española, sino todo el mundo hispánico debe participar de esa gran promesa. Porque cuando Dios la hizo, la América y las Filipinas pertenecían a España. No cabe duda de que vosotros sentimos en lo íntimo del alma que somos partícipes de la GRAN PROMESA”. Don Sixto Sosa, arzobispo de Cumana, Venezuela, que hace estas afirmaciones:”Desde que el Apóstol Santiago, el fogoso discípulo del Divino Mesías, puso los pies en la Península Ibérica, quedaban colocados los fundamentos del Reinado Del Corazón de Jesús en España, la Madre Patria, y al decir de España “quiero significar toda la raza hispánica, a quien ella, como madre, representa”. Desde entonces podemos asegurar que Dios la escogió para que reinara en ella el Divino Corazón de Jesús. Vióse confirmada esta elección de lo alto de la Gran Promesa que el venerable Hoyos oyó en visión celestial que le decía:”REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MAS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES”.
La Madre Patria, España, fiel a los destinos señalados por Dios, por medio del Apóstol, hijo del trueno, y fiel a las tradiciones milenarias de la raza ibérica, no se ha contentado con sostenerla, sino que con la ayudad de Dios, de la Santa Sede Apostólica y el esfuerzo de su propia sangre, ha logrado extenderlo, doblando la tierra y ensanchando los espacios, limitando esféricamente el globo, completando el planeta en que vivimos y abriendo a través del Atlántico, nuevos cielos y nuevas tierras donde los ríos son mares y el territorio íntegro, otro mundo iluminado por astros que soñó Ptolomeo.
“La raza española fijo su pensamiento en lo alto, mereció que Dios la eligiera”. LO QUE NO HA HECHO NI HARÁ NINGÚN OTRO PUEBLO: DESCUBRIR UN MUNDO Y OFRECÉRSELO AL DIOS QUE SE LO CONCEDIÓ” y otras muchas personalidades que  atestiguan este regalo y donación que Dios hizo a España. El autor de esta meritísima obra dice de la “Gran Promesa”:”Esta es la nota distintiva de este Santuario. En ningún otro Santuario del mundo se ha dado un hecho tan singular como la Gran Promesa”. El día 14 de mayo de 1733, fiesta de la Ascensión del Señor a los Cielos, Nuestro Señor Jesucristo dijo al P. Bernardo de Hoyos:·REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACION QUE EN OTRAS PARTES”, y añade;”Los Sagrados muros del Santuario Nacional guardan como riquísimo tesoro este regalo beneficio del Sagrado Corazón de Jesús a España. “Esta aparición de la Gran Promesa se realizó ante el Altar Mayor de la Iglesia de San Ambrosio. Éste, como todo el mobiliario de la Iglesia, pereció en el incendio de 1867. La fábrica de la Iglesia, muros, capillas, bóveda y cúpula son las del tiempo del P. Hoyos. El P. Bernardo de Hoyos nos dice que: “tuvo lugar esta visión el 14 de mayo de 1733, fiesta de la Ascensión, después de comulgar; es decir, según el sentido obvio de estas palabras, mientras daba gracias después de la Comunión. La Comunión las tenían los Hermanos estudiantes de la Compañía de Jesús los domingos y días de fiesta”. (pag.10.11y 12 del Santuario Nacional de la Gran Promesa de ÁLVAREZ, E.) y en esta misma obra pag. 256 y 257, se lee “el texto original de la Gran Promesa al P. Hoyos como se halla en la obra del P. Loyola:”El Tesoro escondido” que luego se publicó con este otro título:”El Sagrado Corazón de Jesús descubierto a nuestra España”. (Edición de 1738).

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